En la mañana del Martes Santo, un grupo de corazones rebosantes de fe pertenecientes al Centro de Personas Mayores «Jesús de Nazaret» emprendió un viaje muy especial. Su destino: la iglesia de San Juan de la localidad olontense. El propósito de su visita fue llevar a cabo una ofrenda floral al Cristo de la Misericordia, marcando un profundo gesto de devoción y respeto.

Este acto, cargado de emoción y tradición, fue recibido con gran cariño por parte de la junta directiva de la iglesia. El momento destacó por resaltar la importancia de mantener vivas las tradiciones que nos conectan con nuestras raíces y fortalecen el vínculo con la espiritualidad.

La participación de nuestros mayores en este evento no solo demuestra su compromiso continuo con la fe y su comunidad, sino que también sirve como un recordatorio valioso de la riqueza que las tradiciones aportan a nuestras vidas. Este acto de ofrenda trasciende el mero simbolismo, convirtiéndose en una poderosa expresión de la interconexión que existe entre la fe, la comunidad y las generaciones.

A través de estas acciones, el Centro de Personas Mayores «Jesús de Nazaret» se posiciona como un faro de esperanzarespeto y amor. Nos demuestra cómo, a través de la preservación de las tradiciones y el cultivo del espíritu comunitario, es posible construir puentes intergeneracionales y reforzar los lazos que nos unen.

En este Martes Santo, nuestros mayores nos han enseñado una vez más el valor inestimable de las tradiciones y la espiritualidad en la construcción de una comunidad más unida y solidaria. Que este acto de ofrenda al Cristo de la Misericordia sirva como inspiración para todos nosotros, recordándonos siempre de mirar hacia atrás con respeto, hacia adelante con esperanza, y hacia los lados, con amor por nuestros semejantes.